Comencemos con el que siguio luego de 3 años de relación en teoría y cerca de 5 en la práctica. Camilo, Camilito, Cami, ojitos de manzana verde,
corazón de melón, etc.
Camilo me encantaba porque no habia nada como su felicidad,
su corazon lleno cuando viajabamos o cuando estabamos tranquilos. No
encontraria en nadie su sencillez, su extasis al contemplar los detalles, los
silencios…en eso coincidiamos.
Me relajaba, me sentia en un lugar requeteconocido
sin conocerlo aun. Ese hombre disfrutaba cada momento.
Quizas
no era tan bueno pero yo lo llamaba y siempre estaba dispuesto a ir en mi
encuentro, ir hasta el fin del mundo si yo se lo pedia. Ahí no habia veguenza,
no habia espacio para cuestionamientos. Con el conoci lo que era que pensaran
en ti todo el rato. Fui una princesa.
Creo que camilo nunca habria terminado conmigo si hubiese
estado en sus manos esa decisión. Pasó de ser un cazador, a ser cazado. Todo empezó como un
desafío, porque no le gustaba el compromiso, se aburría rapido. Aun estando
locamente enamorada de Tomas, lo obligue a amarme y me obligue a mi misma a
caer también en su amor. Si podia hacer que el cayera, podía hacerlo todo…y
cayó, pero me enamoré. Era inevitable, no soy tan mala.
Siempre me pregunto como fui a elegirlo a él…de todos. Lo
conoci en una faceta que no muchos conocen, por suerte. Camilo era un niño, por
dentro, por fuera, de lado…todo, era incapaz de odiar a alguien, era incapaz de
pensar que alguien lo odiaba…. Pero asi como era de niño era de pendejo, no
asumia responsabilidades, le costaba ser serio, hacia tonteras, le costaba
respetar….blabalbalbabal. Me llamó la atención que fuera tan sensible y no es
que llorara, pero todo le daba una emoción muy transparente…era como un alma
pura. Sabia que él no podia hacerme daño…y ahí me quedé, acurrucada en esa
seguridad. Era cariñoso, preocupado…pero era tan niño que pasé a ser super
maternal. De a poco dejo de gustarme….. Creo que cuando terminamos lloré mas
que él, porque me dolia tanto hacerle eso, lo perseguí, lo enamoré hasta las
patas y ahora me iba a la siga de otro. Se lo tomó super bien, pensé. Se calló,
habló poco, estuvo triste, pero sus amigos me decian que estaba pésimo.
Mientras pololiamos me meti tanto en su casa que me encantaron todos, su mamá era una mujer increíble y me recibió con tanto amor, Lukitas un poco reacio a
que le quitara a su hermano me escupía y arrancaba de mí, hasta que terminó como
mi segundo pololo plantado en mis brazos, me puso florcita luna, le decia al Camilo
que él se quería quedar conmigo y que el tenía que buscar a otra florcita, su
abuela una mujer seria que le costaba sonreir, hacia todo lo posible por
hacerme en el gusto. Los terminé hechando mas de menos a ellos que al Cami. Lo
extraño igual, extraño su cara de gozo al comer, cuando viajabamos y pasabamos
hambre y frio, eramos dos aventureros de corazón, ese mundo era nuestro.
Al Camilo nunca le hablé de Tomás, solo le dije que era mi
ex, sin embargo sentía unos celos tremendos de él. Era como si mi
amor por Tomás expeliera de mi piel y se me notara en los ojos cuando
mencionaba su nombre…era inevitable, todo de mi lo amaba y aunque él nunca supo
lo que Tomás significaba para mi…pareció que no fue necesario, mi cuerpo lo
aclaraba de inmediato.
Después del Cami pensé que no habría nadie mas, pero me
acostumbre tanto al contacto, a la compañía que mientras esperaba reconquistar
a Tomás me propuse una aventura fugaz…apareció Roberto.
Roberto…igual intensidad. Aunque con Roberto nunca me acosté
y no hicimos mas que tratar, creo que me habría enamorado de él…y él como es me
habría roto el corazón. Asique menos mal que nada pasó.
Roberto era intenso, todo
lo que yo hacia lo trastornaba. Me encantaba que me econtrara rica, y no solo
eso sino que me lo dijera, que fuera sonrientemente osado, que me llevara a todos lados, que
me enseñara cosas, que no le gustara que anduviésemos siempre en camioneta. Al
Roberto le gustaba como era yo, que hablara siempre de lo que no me gustaba,
que hablara leseras y también me gustaban sus leseras, como si no le importara
sentirse tonto por decirme tonteras porque yo lo entendía, como si buscara
cualquier excusa para comunicarse y empezar un dialogo aunque fuera poco
locuaz, absurdo o ilogico, todo eso por ridiculo que suene me hacia sentir
importante. Me llamaba a veces de telefonos públicos, me llamaba todos los días
y a veces mas de una vez. Le gustaba olerme, las manos, los brazos, el cuello, la
cara, la boca, todo, el olor le provocaba desde ternura hasta calor. Cuando
pasaban muchos dias sin vernos me abrazaba y me olia con fuerza y decia –
extrañaba tu olor.
Roberto me hacia sentir especial, única, como si fuera yo, él y nadie mas. La primera ves que nos juntamos después de que le pedí una
aventura me escribió un poema. En clases se ponia nervioso cuando llegaba yo y
me encantaba porque por mas seguridad y egocentrismo que se concentrara en todo
su ser habían implícitos unos nervios cuando me veia, lo ponía
nervioso y no le daba nada reconocérmelo, cosa que igual me volvia loca porque se
le notaba en la cara.
Todo ese tiempo como una amante secreta me escabullia en
el edificio del plan B cerca de las 11 de la noche para verlo y quedarnos un
rato mirandonos. Llegaba cansado de trabajar y solo cabía el silencio y a veces
unos bailes en la sala de ensayo con la luz de afuera. Le gustaba cocinar,
llegaba yo y tenia todo ordenadito y me lo encontraba cocinando el almuerzo.
Que rico era eso. Me esperaba.
Debo reconocer que la atracción era inevitable. Pero todo lo intenso dura poco, y su obsesión por mi asi fue,
porque nunca le di la pasá. Me habria encantado seguir con él, pero habria sido
imposible, imposible era proyectarse con el, imposible era que me ofreciera una
relación estable.
De ambos me enamoré de sus familias. Hoy me doy cuenta que Camilo
fue un capricho y de que Roberto me salvé, porque me habría enamorado hasta las
patas…
Menos mal que con Roberto no tenemos fotos ni nada de eso.
Es como si nunca hubiera existido. Fue probablemente la relación mas intensa y
de la que jamaz hubiera podido salir, para mi suerte terminó a tiempo. No puedo
decir que fui feliz, porque no estaba tranquila con la idea de que por ningun
motivo me podia enamorar de ese tipo y uno no puede vivir teniendo cuidado
menos en el amor. Por otro lado estaba enamorada de otro hombre. Cuando trate
de tener sexo con Roberto y no pude me preguntó – ¿sientes que estas engañando
a alguien? - Me sacó la media foto y justo ahí después de mis interminables
psicoanalisis de por qué no podia tirar con él, él me lo dijo. No fui feliz,
pero me senti muy bien, me senti importante, me senti parte de su mundo, un
mundo que me encantaba; su familia, la danza, su carácter, su carácter que me
daba libertad, me sentí tan mujer, sentí que podia hacerlo todo. Roberto me
llevaba a lo mas bello de la ciudad, ibamos descalzos a comprar el pan, me
decia – sácate los zapatos, vamos a ir a comprar – bailabamos en la calle, en
el bandejon central de chacabuco de madrugada, danzabamos caminando, nos
tocabamos en la sala de ensayo, ibamos al super y comprabamos vino. Que rico fue...fue desquitante,
se me olvidaba el mundo.
Eramos nosotros, esa botella de vino y la imaginación de
nuestros cuerpos que a veces se les antojaba danzar, otras tocarse, otras
enojarse.
Pucha Roberto…igual echo de menos todo eso, pero en el
minuto en que lo hubiera tomado en serio todo hubiera perdido gracia. Lo
incorrecto a veces es lo mas dulce.
Después de Tomas intente muchas veces tener una relación..solo
dos valieron la pena, pero solo una me extraña lo suficiente para darle ese
lugar, la de él…Roberto, porque si bien nunca hicimos el amor y nos costó muchas peleas…realmente creo que no fue necesario, creo que no hubiera sido
suficiente tampoco para mantenernos juntos y finalmente creo que no hubiera
cambiado en nada las cosas…me gusta que todo quede asi..que quede intocable,
que permanezca y siga….siendo…lo que fue. Vivir lo que vivimos sin sexo fue una
travesia interesante, nunca esperé llegar tan lejos asi menos con una persona
como él, cuando precisamente lo que queria de él era una aventura. Trascendió
cualquier contacto sexual, yo lo guardo asi por lo menos, no pololiamos, nunca
lo presenté en mi familia, pero me llenó todo ese tiempo, me significo una
necesidad, fue importante, existió y no se como llegó a convertirse en eso con
tan poco, quizas ambos estabamos un poco desesperados por compañía y nos
obligamos a simpatizar. Pudimos estar, pudimos ser lo dos sin hacer el amor…eso
no cualquiera puede decirlo…. y por corto tiempo lo aceptó de frenton con
palabras y todo. Aun asi…Roberto era un hombre del que mi corazon arrancaba a
mil por hora…y que nunca logre querer, porque nunca traté tampoco. Era lo que
era y cada ves que lo cuestionabamos habian peleas. Siento que fue una relación
injusta, pero trate de que no doliera tanto. Busque un hombre poco serio, me acomodaba para lo que yo queria, y apareció él…al principio fue todo bien, lo conversamos y fue consensuado, pero de a poco
vi como el comenzó a involucrarme en su vida… a presentarme amigos…hermanas,
papas…y me dejé, porque me cayó bien, quizas si traté de quererlo, pero nada me
pasó adentro.
Concluyo que mi relación con Roberto era solo por ego…por
eso me acomodaba, me hacia sentir bien..y nunca logré quererlo…suena malo. El
también esperaba a su chica, como yo esperaba que volviera el mio,
conversabamos de eso y hablando de nuestros amores se nos iba el rato…hasta que
empezó a molestarle cada ves mas el nombre de Tomás. Un dia Tomás me llamo
mientras despertaba en sus brazos, después de eso me pidió por favor que tratara
de no hacerlo mas. Ahí supe que las cosas se estaban poniendo raras y lo deje
ir.